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Relatos de Prestación y Rectoría

  • Foto del escritor: Julio Alberto Martinez Cisneros
    Julio Alberto Martinez Cisneros
  • 29 nov
  • 3 Min. de lectura
Fuente: elaboración propia en QGIS.
Fuente: elaboración propia en QGIS.

En México, la organización institucional de los servicios de salud varía entre entidades. Estas diferencias permiten observar cómo la arquitectura administrativa influye en los resultados; mientras que algunos estados concentran en una sola institución tanto las funciones de rectoría del sector, como la operación directa de hospitales y centros de salud. Otras entidades (como Jalisco, Morelos, Veracruz, Oaxaca, Hidalgo, Querétaro, Puebla y Sonora) han optado por separar la prestación mediante un Organismo Público Descentralizado (OPD), responsable de la operación de los servicios, mientras la Secretaría conserva la conducción estratégica del sistema. Esta distinción obedece criterios que pretenden optimizar la eficiencia, gobernanza y el manejo de recursos.


Frenk (2013) señala que la mezcla de funciones en una institución, diluye la capacidad reguladora, reduce la objetividad en la supervisión y limita la posibilidad de consolidar sistemas de evaluación robustos.


La consecuencia sería entonces un modelo más reactivo que estratégico.

En los estados con OPD, la operación de los servicios suele ser más ágil gracias a estructuras administrativas menos rígidas. Los OPD pueden tomar decisiones cotidianas —desde adquisiciones, hasta contratación y mantenimiento— sin depender de los tiempos burocráticos de las Secretarías, lo que facilita respuestas más rápidas ante necesidades clínicas u operativas. La OPS (2010) destaca que separar la provisión de la rectoría favorece la eficiencia, pues permite que la autoridad sanitaria se concentre en normar, evaluar y planear, evitando el conflicto de supervisar aquello que ella misma ejecuta. Esto se observa en entidades como Querétaro e Hidalgo, donde los OPD han contribuido a consolidar redes integradas de servicios y a mejorar la articulación entre niveles de atención.


El financiamiento muestra patrones similares. Los OPD cuentan con instrumentos para ampliar su margen presupuestal, como convenios con municipios, donaciones, cuotas de recuperación o proyectos multianuales. Esta flexibilidad ha permitido sostener capacidades hospitalarias y responder a contingencias operativas con mayor estabilidad (CONEVAL, 2020). En los estados con un modelo centralizado, el presupuesto suele ser más rígido, dependiente casi por completo de recursos estatales y federales, lo que limita la innovación financiera y dificulta absorber presiones imprevistas.


Con este contexto, podemos hablar entonces de ventajas y desventajas de la división:

Ventajas de la división

Desventajas de la división

Mayor eficiencia en la prestación de servicios: el OPD puede tomar decisiones operativas con más rapidez, sin las limitaciones administrativas de la Secretaría

Riesgo de fragmentación institucional si no existe una coordinación sólida entre Secretaría y OPD

Rectoría más fuerte y menos distraída: la Secretaría puede enfocarse en normar, evaluar y supervisar sin verse absorbida por problemas operativos diarios

La rectoría puede debilitarse si la Secretaría carece de capacidad técnica y termina cediendo demasiado control al OPD

Reducción de conflictos de interés: quien regula no es la misma entidad que presta el servicio, aumentando la transparencia y objetividad

El OPD corre el riesgo de no apegar su operación a criterios estratégicos sectoriales por cuestiones políticas

Mayor flexibilidad financiera: el OPD puede recibir donaciones, celebrar convenios, captar ingresos propios y ejecutar presupuesto con más libertad

Operación presupuestal desigual: algunos OPD pueden convertirse en estructuras que operan con mayores recursos que las Secretarías, con lo cual se genera una suerte de "jerarquía extrainstitucional" por motivos prespuestales

Mejor articulación operativa: la estructura del OPD facilita estandarizar procesos, integrar redes de servicios y mejorar la gestión hospitalaria

Duplicidad de funciones si no se actualizan reglamentos y manuales, generando confusión entre responsabilidades

Resultados más visibles en estados con implementación sólida (Querétaro, Hidalgo, Puebla, Morelos), donde se han observado mejoras en eficiencia, tiempos de respuesta y claridad organizativa

Resultados variables: la división por sí sola no garantiza mejoras; depende del diseño institucional, financiamiento y profesionalización

En definitiva, nada de lo anterior implica que la creación de un OPD garantice automáticamente mejores resultados. La descentralización solo genera beneficios reales cuando existe profesionalización directiva, claridad jurídica y una Secretaría fuerte que ejerza rectoría y evaluación efectiva. En ausencia de estos elementos, los riesgos pueden incluir fragmentación o duplicidad de funciones. Sin embargo, cuando ambos componentes —el rector y el operador— funcionan de manera complementaria, la separación de funciones permite ordenar el sistema, clarificar responsabilidades y fortalecer la gobernanza sanitaria. En un país tan heterogéneo como México, estos modelos ofrecen pistas sobre cómo alinear la prestación de servicios con una visión más moderna y transparente de la salud pública, sobre todo al momento de elegir perfiles que se ajusten a los objetivos generales de cada institución.


Bibliografía:


  • CONEVAL. (2020). Informe de Evaluación de la Política de Desarrollo Social en México. Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social. https://www.coneval.org.mx

  • Frenk, J. (2013). Salud pública y reforma del sistema de salud en México. Fondo de Cultura Económica.

  • Organización Panamericana de la Salud. (2010). La función rectora de la autoridad sanitaria nacional: desarrollo conceptual y metodológico. OPS.

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